La farola parpadeante creaba poca luz, pero la suficiente. Se veían sombras, dos cuerpos, dos personas, se oían gritos leves, y golpes, muchos golpes, muchos, demasiados.
Laura estaba asustada se escondió en un matorral de la oscura calle, para ocultarse, mientras llamaba a la policía.
Era un hombre de mediana edad, pelo negro, cara con rasguños y poco cuidado, y la victima era una chica de 30 pocos años, rubia. Estaba inconsciente en el suelo.
El hombre se marcho corriendo, dejando un cuchillo cerca de una alcantarilla.
La policía llegó, interrogó a la victima, con signos de agresión, y a Laura, temblando por el pánico.
A LA MAÑANA SIGUIENTE.
Laura contó con pelos y señales la agresión, y sus amigos, incrédulos se echaban las manos a la cabeza.
-Que valiente eres, coño.
-Joder tía, ojalá hubiera estado contigo...
-Eh, eso te lo has inventao'. - decían unos y otros.
La chica estaba aparentemente cansada. no había dormido nada y tenía que estar con Edu, lo necesitaba. Así que lo llamó.
-Edu, tenemos que hablar, te necesito...
-Joder, ahora mismo no puedo... estoy estudiando...
-Bueno, entonces mañana hablamos... adiós te quiero.
Edu colgó y estaba estudiando... con Carla. Eran de la misma clase.
-Cari, apaga el movil que te descentras.. jaja. - dijo besandole.
Y acto seguido, lo apagó.
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