Cuando Gonzalo levantó la cabeza, asustado, comprendió que era un trueno, y agacho la cabeza a ver a Laura, que estaba con el corazón a 1000. El la besó en la mejilla y la abrazó para que no tuviera frio.
Se quedaron así hasta las 1 de la mañana, y justo cuando se levantaron a ver la ropa llegaron sus padres.
-Bueno, hasta mañana, y gracias por todo.
-De nada... ¡mañana nos vemos! - dijo ella guiñandole un ojo.
Laura estaba feliz. Se notaba que el la quería. Solo pensaba en el beso, en el cómo sucedió. Fue espectacular.
A LA MAÑANA SIGUIENTE
Era domingo. Todo estaba cerrado y Gonzalo se había ido con sus padres .
De repente, a Laura se le ocurrió llamar a Ana, su mejor amiga para dar una vuelta por la calle.
-Eh, me tenías olvidada... -decía Ana en broma.
-Disculpe usted, hija del señor, ¡Perdóneme!
-Jaja, ¡Disculpada usted!
Eran como hermanas, se conocían desde los 4 años... pero últimamente se habían distanciado por diferencias de grupos.
La tarde se fue volando, y cuando era la hora, se despidieron, mañana había instituto, un día duro esperaba.
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